En los enterramientos de personajes eclesiásticos durante los siglos XIII-XVII, estos se solían enterrar con un cáliz o custodia votivas, generalmente en plomo o peltre, y era típico en estos objetos sagrados el estar rematados en cruz, cruces que como esta de extremos en flor de lis, son las típicas de la baja edad media, renacimiento y primer periodo del barroco español.
Esto es solo una posibilidad, pero con seguridad estas cruces en plomo y peltre pertenecieron a objetos litúrgicos de carácter votivo.