El vino y el aceite comenzaron a elaborarse en estas latitudes en torno los siglos VI y V a. C., aunque en particular en Castellón se documenta su producción en los siglos III y II a. C. tiempo que supuso una importante expansión para la cultura ibérica. Un detalle significativo es que las monedas fueron extranjeras hasta el siglo III a. C. en que, en Sagunto, (localidad cuyos caldos ya eran alabados por Juvenal) comienzan a acuñarse las autóctonas. Desde hace poco más de 100 años, se hallan documentadas en excavaciones diversas piezas acuñadas en cecas ibéricas, cuyos motivos pueden reducirse a bustos, jinetes o delfines. Y es que, se mire por donde se mire, el vino es fuente de satisfacción para el paladar y los sentidos y de cultura.
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/iberos-vino-castellon_1003618.html
UN SALUDO