Casi dos siglos después de su muerte en la isla de Santa Elena, el emperador de los franceses continúa dividiendo el alma de todo un país. Gloria nacional para unos, sanguinario sin escrúpulos para otros y genio incontestable de la estrategia bélica para todos, su figura sigue siendo objeto de tratados y de ensayos, de novelas y de exposiciones.
https://elpais.com/elpais/2018/05/11/eps/1526043010_145033.html?por=mosaico
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