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| _______________________________________ LIMPIEZA de MONEDAS DE PLATA por Terron ______________________________
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1º. Baño amoniacal y cepillado
Las
monedas de plata que presenten oxidaciones irregulares, incrustaciones
o simplemente una pátina no deseada pueden ser limpiadas y quedar
brillantes sumergiéndolas en amoníaco y cepillándolas después.
Se necesitan: un bote con tapadera hermética, un cepillo, un soporte y guantes.
-
El amoníaco cuanto más puro es más rápido en su acción disolvente de
las incrustaciones de la plata. Normalmente el que se vende en las
droguerías tiene una concentración muy baja, inferior al 5% (además de
tener otras sustancias como perfumes, etc.), por esta razón suele ser
muy lento para limpiar. No obstante, a veces se puede encontrar alguno
a la venta que tenga hasta el 10% o bien se puede comprar de
concentraciones superiores en almacenes que surten a laboratorios.
-
El cepillo debe ser pequeño y de cerdas plásticas rígidas para no rayar
la moneda. Un apaño casero pero muy efectivo es coger un cepillo de
dientes y cortarle hacia la mitad las cerdas, con eso quedarán cortas y
rígidas.
- El soporte sirve para apoyar la moneda mientras se
frota con el cepillo. Debe ser antideslizante, impermeable, y nunca de
un material más duro que la moneda porque la rayaría o abollaría. Los
mejores para mi gusto son las bandejitas de "corcho blanco" que se ven
en los supermercados.
- Los guantes deben ser impermeables al
amoníaco, pues este es tóxico y puede entrar por las comisuras de los
dedos donde la piel es más fina.
El método consiste en dejar la
moneda durante horas en un bote tapado con amoníaco en un sitio
ventilado, como una ventana o un patio. Cada ciertas horas se puede
sacar la moneda y apoyarla en el soporte plástico para frotarla con el
cepillo. Si quedan restos de nuevo se mete en amoníaco y a esperar otro
tiempo, para cepillar de nuevo. Así reiteradamente hasta que la moneda
quede limpia. Este método es lento y puede durar varios días, pero
puede ser acelerado si el amoníaco tienen una mayor concentración o si
su temperatura es más alta, o bien, si cepillamos con mayor frecuencia
la moneda.
2º. Oscurecimiento de la moneda
Cuando
la moneda de plata está limpia normalmente tiene un color muy claro y
brillante, sin contraste alguno, que no permite ver muchos detalles .
Se puede oscurecer rápidamente la moneda para recuperar su aspecto de
pieza antigua al tiempo que aumentará su contraste y se verán más
detalles. Para oscurecer una moneda hay varios métodos, pero entre
los más rápidos está el baño en lejía diluida con agua. Basta con
sumergir la moneda y delante de nuestros ojos veremos como oscurece.
Cuando tenga el tono oscuro deseado la sacaremos rápidamente y la
pondremos debajo de un chorro de agua para eliminar los restos de lejía
y detener el proceso. Para evitar que la moneda se oscurezca muy rápidamente es recomendable diluir la lejía con agua (mitad y mitad de cada líquido).
3º. Contrastado
Después
del oscurecimiento es posible que toda la moneda tenga un color oscuro
uniforme y eso impida visualizar bien las letras o los motivos de la
moneda. Una forma de solucionarlo es coger la moneda (una vez secada)
entre los dedos y frotarla entre ellos fuertemente. Si aún así la
pátina oscura no se esclarece entonces podemos apoyarla en el soporte
plástico y darle con una goma de borrar. El resultado será una moneda
limpia con figuras y leyenda claras que resaltan sobre un fondo oscuro.
Inconvenientes del método
-
Este método no se recomienda para monedas que no sean de plata pues se
pueden deteriorar. Los vellones quedan picados, y las de otros metales
pueden reaccionar con el amoníaco. Los bronces se suelen despatinar o
manchar. Las monedas forradas quedan bien si solo tienen algunos
agujeritos, si tienen grandes desconchados de plata no quedan bien. Y
respecto de las monedas de plata emplomada pueden ganar o perder según
la experiencia y destreza del que limpia.
- No olvidemos que
estamos tratando con productos químicos que son tóxicos (el amoníaco y
la lejía). Además muchos metales presentes en las incrustaciones de la
plata aún en pequeñas cantidades son tóxicos, pues son metales pesados
(plomo, niquel, cadmio, antimonio, arsénico...) y quedan disueltos en
el amoníaco con lo que pueden entrar en la piel. Usad siempre guantes y
trabajad en un sitio ventilado. Evitad que los niños o animales puedan
tocar los botes y mantened siempre limpio vuestro lugar de trabajo. |
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