La labor del coleccionista profesional tiene algo de itinerante y de inestable, aunque supera cualquier adversidad ese afán y ese entusiasmo por seguir atrapando productos escondidos, con un atractivo y un valor incuestionable. «No es un trabajo de ocho horas y de ingresos seguros, hay que buscar mucho y obtener información para saber dónde puedes encontrar aquello que buscas», confirma Antoni. «Eso sí me permite mucha libertad a la hora de enfocar mi vida», recalca.
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