Lo que se desconoce es por qué Alarico no se llevó la menorá: el candelabro de siete brazos de un talento –unos 34 kilogramos– de peso que, según la tradición, Yahvé mandó hacer a Moisés en «oro fino y macizo». Fue uno de los pocos objetos de culto que respetó. La reliquia, de hecho, se mantuvo en Roma hasta que, en el 455, los vándalos de Genserico se lo llevaron a Cartago. El mismo Procopio recordó en sus textos que todas las ciudades que lo habían albergado habían caído en desgracia: Jerusalén, Babilonia, Roma y Cartago.
https://www.abc.es/historia/colosal-saqueo-visigodo-fulmino-imperio-romano-llevo-20221122142647-nt.html
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