Una forma sencilla de averiguarlo sin métodos complicados, el cobre una vez limpio sin pátina, tiene un color rojizo, el bronce, dorado-amarillo, más parecido al oro, si quieres respetar la pátina, haz la limpieza en una pequeñísima zona de la pieza donde no se vea la prueba a la vista, que sea siempre mecánica, nada de química.