Es algo bastante normal en las monedas que acuñan leyendas o símbolos en el canto, pues es lo último que se graba cuando el resto de la moneda ya está acuñada y es puro azar el que se graben de un lado o de otro.
En España las monedas de 100 pesetas tenían en su canto unas flores de lis y ocurría lo mismo. De hecho en algunos catálogos y listas de monedas señalan las dos variantes, pero sin ninguna diferencia a efectos de valoración.