El cobre es rojizo, coge un cable eléctrico y lo ves. El bronce no es más que cobre con estaño, el color se hace amarillento, dependiendo de las proporciones de cada uno. Lo que ocurre es que la pátina que los recubre no te deja ver su color original, sobre todo en el bronce que adquiere muchas tonalidades, pero lo normal son las marrones y verdes.