El níquel es un metal que posee propiedades ferromagnéticas, por lo que al igual que el hierro es atraido por un imán.
Esta moneda es de níquel puro, por eso la atrae el imán. Diferente es el caso de las aleaciones de cuproníquel, es este caso y por la proporción de cobre (que no es ferromagnético) las monedas no son atraidas.
Para no cansar, los metales que son atraidos son: el hierro, el cobalto y el níquel y algunos de sus compuestos, como el acero (hierro y carbono). Por eso una prueba muy útil en el caso de la plata (que no es atraida) es el pasarle un imán, pero en este caso el lo que tiene que ocurrir.