La pragmática de 29 de octubre de 1660 mandó acuñar esta nueva serie de monedas. Inicialmente se acuñaron a martillo y a molino, ya que únicamente Segovia estaba equipada con su famoso Ingenio. El resto de cecas tuvieron que instalar los molinos. El 30 de octubre de 1661 se prohibió la acuñación a martillo, por lo que a partir de este momento únicamente se acuñaron a molino. Cada ceca empezó a acuñar cuando buenamente pudo, pues la instalación de los molinos no era un proceso sencillo. En Toledo no se llegaron a instalar y por lo tanto únicamente acuño a martillo hasta la prohibición de 1661.
La pragmática de 14 de octubre de 1664 ordenó el cese de esta acuñación.