A través del sentido y el uso de las
innumerables piezas que ofrece, bustos de divinidades, terracotas,
ánforas, vasos, ungüentarios, collares, pendientes, anzuelos, amuletos,
navajas de afeitar, escarabeos, espejos, botones, cuencos, platos,
monedas, etc, podrían aportarse pistas reveladoras sobre los oficios,
artesanías, costumbres y creencias de aquellas gentes.
Decimos
que las ciudades no se conocen sin visitar sus cementerios porque estos,
aunque nos muestran la muerte, nos remiten a la vida. De la misma
manera, lo que ahora vemos en las vitrinas del museo nos lleva hacia
atrás en el tiempo y puede introducirnos en el ámbito doméstico,
cultural y religioso de quienes vivieron en nuestra misma ciudad y la
pusieron en el mapa.
http://www.diariodeibiza.es/opinion/2013/01/18/nueva-guia-museo/599241.html
UN SALUDO