Se afanan los obreros en instalar una gran puerta de hierro que pesa
tres toneladas y media para cerrar la principal entrada del Museo
Nacional de Damasco. Las salas ya han sido vaciadas, a excepción de las
grandes estatuas, de su precioso contenido, de sus obras maestras de
arte antiguo. ¿Cuándo podremos volver a admirar los esplendorosos
frescos figurativos de la sinagoga de Dura Europos, datados doscientos
cincuenta años antes de la era cristiana, el hipogeo Yarhai transportado
de Palmira, el tesoro de Homs, colección prodigiosa de joyas de la
necrópolis del rey Augusto, la tableta del abecedario de Ugarit, la gran
bailarina de Mari?
http://blogs.lavanguardia.com/beirut/?p=1080
UN SALUDO