Hola.
Se ve que el cuño fijo, que iría clavado en un madero, era el del anverso y el móvil que se cogería con la mano, sería el del reverso. Al poner el cospel sobre el cuño fijo se darían cuenta si se había quedado pegada la moneda, pero si se quedaba pegada al cuño móvil era más fácil que pasara desapercibido. Es curioso que siempre el anverso se pusiera en el cuño fijo; es un detalle técnico que seguramente había pasado desapercibido para los estudiosos. Pero para éso estamos nosotros aquí, je, je... Quizá la cabeza, al tener mayor relieve, se acuñe mejor si el cuño va sobre una superficie fija y dura, la cosa tendrá su porque, los iberos no eran tontos.
Un saludo de Chatarrilla.