El caso del saqueo a Irak es uno de los máximos exponentes de la brutalidad con el que el ser humano puede borrar sus propias huellas. Sin embargo, recientemente han aflorado más casos alarmantes. En 2011 y con motivo de la guerra en Libia, el patrimonio del país sufrió alteraciones de diversa índole. Cuando todavía soplaban vientos 'primaverales' en las revueltas norteafricanas, se produjo uno de los robos más espectaculares y concienzudamente preparados, 'El Tesoro de Bengasi', la más importante colección de monedas de oro, plata, joyas y objetos artísticos (hasta 8.000), de la Cirene, una de las regiones más ricas de la antigüedad. El 'tesoro' se guardaba en el Banco de Comercio, situado en la plaza de Tahrir (liberación), lugar donde comenzó a prender la mecha de la revolución libia. Curiosamente el edificio contiguo al Banco de Comercio era el lugar donde se albergaba la inteligencia libia y uno de los primeros en arder en el mes de febrero de 2011. Ambos edificios ardieron a la vez. ¿Casualidad? Lo cierto es que el robo mencionado es un caso más de los cientos de saqueos y destrucción patrimonial a los que se ha expuesto Libia durante la revuelta social.
http://www.elcorreo.com/vizcaya/20130905/mas-actualidad/sociedad/guerras-repercuten-cultura-201309030929.html
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