Siguiendo nuestro casi aéreo camino vemos los edificios abovedados (almacenes portuarios y embarcaderos) justo encima de la playa sosteniendo las imponentes estructuras sobre las que se apoyan las terrazas superiores. En esas bóvedas, en el año 1980, se descubrieron 300 esqueletos humanos. Se refugiaron allí mujeres, niños y hombres esperando a que las naves los fueran a rescatar. Los efectos tóxicos nefastos de la erupción terminaron con ellos. Muchas de estas personas llevaban consigo joyas y monedas, quizá todo lo valioso que poseían. En el mismo lugar vemos ahora calcos de esos esqueletos. Fue también, en esta misma zona, donde se descubrió la embarcación romana de nueve metros de eslora, el esqueleto del conocido como remero y un soldado con un par de espadas, pequeños cuchillos y una bolsa con monedas.
http://elviajero.elpais.com/elviajero/2013/09/24/actualidad/1380045174_581627.html
UN SALUDO