La carrera Paris-Madrid, organizada por el periódico “Le Petit Parisién”, aeroclub de Francia, real aeroclub y real automóvil club de España en 1910, no estuvo exenta de accidentes entre graves y leves:
Las instituciones organizadoras lo habían previsto prácticamente todo, se proporcionaron a los concursantes mapas, datos sobre carreteras y líneas férreas, pues el vuelo se hacia sin instrumentos de posición, puestos de socorro de la cruz roja, abastecimiento, hogueras para la referencia de los pilotos en puntos elevados, incluso un proyector en el monte Igueldo para guiar a los pilotos al campo de aterrizaje de San Sebastian, una de las 3 etapas a cubrir, también se prepararon campos en Gamonal (Burgos) y Getafe (Madrid).
Solo no tuvieron en cuenta que hacer si algún avión se estrellaba en la tribuna de autoridades, como asi paso en Paris, donde un aviador, para evitar chocar contra unos jinetes da un viraje brusco y se estrella contra la tribuna del gobierno civil y autoridades, muriendo en ministro de la guerra, general Berteaux y resultando herido grave el presidente del gobierno, Mr. Monis.
La primera etapa, de Paris (Issi-Les-Moulineauxs) a Angulema, redujo drásticamente el numero de participantes; de 20 inscritos solo llegaron 5, en la segunda, de Angulema a San Sebastian solo llegan 3, Jules Vedrines con 3 horas y cuarenta y cinco minutos, Roland Garros, que tardo un par de horas mas y Eugene Gilbert, que en los Pirineos tuvo que defenderse a tiros de revolver de un águila que pretendía atacarle, y que, aunque aterrizo en Bayona, se mantuvo en carrera.
La tercera etapa, de San Sebastian a Madrid (getafe) no fue menos incidental por haber solo 3 pilotos: Garros se vera obligado a volver por dos veces a San Sebastian, en la tercera su avion se accidenta en un campo y queda echo astillas ( eran aviones muy frágiles, quede como curiosidad la de un aviador que al poner su avion en marcha fue atropellado por este... sufriendo mas daños el aparato que el piloto ), Gilbert también sufre de avería, quedando fuera de la carrera, Vedrines tiene un fallo de motor y aterriza en Quintanapalla, donde, mientras arreglan el aparato, coge un coche y se va a reconocer la ruta y los pasos de la sierra de Guadarrama, llegando en su avión al día siguiente.