Uno de estos individuos fue don Juan Puguet, presbítero ibicenco con quien el cronista Furió tuvo bastantes trapicheos. El tal Puguet debía tener una buena colección de antigüedades púnicas que iba rapiñando en su isla y tenía sus estudios con datos sobre ellas, pero su casa se incendió hacia 1844 y el fuego devoró —le diría en carta a Furió— sus «monedas e inscripciones pertenecientes a las antigüedades de esta isla». La pregunta es: ¿qué se perdió en el incendio de la casa del cura Puguet?
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UN SALUDO