El mosaico, explica Marcelo Castro, director de la excavación, estaba en la sala principal de un edificio dedicado al culto imperial, al poder. Un asesinato y una maldición deciden el destino del edificio y del mosaico. Un crimen de Estado en Roma. El 18 de septiembre del año 96 de nuestra era, el emperador Domiciano, el último flavio en cuyo honor se levantó el edificio donde se hizo el mosaico, es apuñalado en una intriga cortesana. Nerva toma el poder. Inmediatamente, el Senado –en una decisión que se tomó solo un par de veces más– lanzó una maldición: la ‘damnatio memoriae’. La condena de la memoria: las monedas de Domiciano fueron fundidas, se borró hasta su nombre de los registros públicos. Todo lo relacionado con él debía ser destruido. Incluso su edificio en Cástulo.
http://www.elnortedecastilla.es/20140516/mas-actualidad/vida-ocio/mosaico-amores-joya-comparable-201405161124.html
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