Eso es lo que ofrece un antiguo directivo de una entidad financiera que, harto de la “praxis bancaria” hoy imperante, y no menos condicionado por el “agotamiento mental” que le originaba su trabajo decidió cortar por lo sano, dar un vuelco absoluto a su vida. Pascual Ribot pidió el finiquito abandonando para siempre el negocio bancario en el que se había movido como pez en el agua. “Lo que he hecho –declara– es montar un compendio de todas mis aficiones de friki. El resultado ha sido la apertura de una tienda en la que se pueden adquirir objetos de lo más insospechados”. El establecimiento posee el nombre adecuado: “Gabinet de Curiositats”, que no es otra cosa que “una increible acumulación de libros, sellos, monedas, soldaditos de goma y plomo, juguetes, documentos y lo que ni yo mismo soy capaz de saber, porque, francamente, no puedo enumerar lo que tengo, porque a medida que lo selecciono lo voy descubriendo”, aclara.
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