Ahora, con 70 años recién cumplidos y debilitadas condiciones de salud legadas por aquella maldición faraónica, con un pasado de tozudas batallas contra cazatesoros activos y Gobiernos pasivos, siente que va ganando la guerra. “En los setenta no había ni dinero ni interés ni conciencia ni nada. Desde 2009 está en vigor la convención de la Unesco para proteger el patrimonio subacuático. El caso de La Mercedes fue un parteaguas, que dejó claro que no se puede negociar con buscadores de tesoros. Va a hacer que cambien rumbo. Ya no les conviene”. En Madrid, Luna visitó por segunda vez la exposición sobre aquella fragata hundida en 1804 por un barco inglés con más de trescientas personas y 900.000 pesos de plata, donde se muestran el contexto histórico del naufragio, la batalla contemporánea entre el Estado español y Odyssey y la interpretación científica de las ambicionadas monedas. Plata del XIX que dejó de ser dinero en el XXI. Cultura material. Un tesoro… para la ciencia. “No estudias objetos o barcos, sino personas que trabajaron en esas naves, además de perder la vida en ellos”.
http://elpais.com/elpais/2014/11/27/eps/1417100066_350553.html
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