El Inrap describe una superficie subterránea de casi 7.000 metros cuadrados, rodeada de una sofisticada fosa y situada bajo un montículo de unos 40 metros de diámetro (el llamado tumulus, que protegía la sepultura de la superficie). En la necrópolis, los conservadores también han hallado una gran caldera de bronce, perfectamente conservada y decorada con la cabeza cornuda del dios Aqueloo, el más antiguo y poderoso de los espíritus de agua en la cultura griega, que habría sido fabricado por artesanos griegos o etruscos, según los responsables de la excavación. La construcción del complejo funerario, ampliado en distintas etapas, habría empezado hacia el final de la edad del bronce y habría sido utilizado hasta los tiempos de la Galia romana.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/14/actualidad/1426343797_788593.html
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