Los lingotes de plata –después de las labores de extracción, molienda y fundición–, se vendían para acuñar dinero: iban derechos a Segovia, donde entonces se encontraba la fábrica de la moneda. Todavía hoy quedan restos en las paredes de la mina del metal. Cualquier trozo de pared que brilla nos parece una veta de arsenopirita. «¡Que va. Eso es una mezcla parecida a la tiza!, nos dice Ángel Temprano. Hasta que, por fin, damos con un trocito de piedra que sí el origen de la plata. Brilla, claro. Y emociona.
http://www.abc.es/madrid/20150530/abci-bustarviejo-mina-plata-201505291753.html
UN SALUDO