En aquel entonces las principales monedas se regían por el patrón oro, que ligaba el valor de la moneda a una cantidad de oro determinada. La libra esterlina, por ejemplo, equivalía a 113 gramos de oro puro. (...) Asimismo, el dólar venía definido por 23,22 granos de oro de características similares. Dado que todas las monedas se fijaban tomando el oro como referencia, el corolario era que todas ellas se fijaban tomando como referencia a las demás. Existía la obligación legal de que el papel moneda pudiese convertirse libremente en su equivalente en oro, y cada uno de los grandes bancos centrales estaba preparado para cambiar su moneda por lingotes de oro.
http://blogs.elconfidencial.com/mercados/el-abrazo-del-koala/2015-06-11/historias-imprescindibles-de-la-bolsa-y-los-mercados-los-bancos-centrales-ii_877923/
UN SALUDO