«Incluso antes de empezar la excavación de esta tumba, me di cuenta de que era algo muy especial. La tumba era tan grande y se veía diferente de las otras 20 tumbas en el cementerio. En cada una de las cuatro esquinas de la tumba había agujeros de poste», ha afirmado la arqueóloga Camilla Cecilie Wenn. Los agujeros de poste revelan que hubo un techo sobre la tumba, una señal de que tenía un lugar prominente en el cementerio. Pero cuando cavaron para llegar al ataúd en el fondo de la tumba, existían pocos rastros de regalos para la otra vida, sólo dos pequeños fragmentos de monedas de plata. Las monedas eran del norte de Europa; uno era probablemente de la época vikinga alemana, a juzgar por la forma en que fue grabado en relieve, mientras que el otro era un centavo acuñado bajo Ethelred II de Inglaterra que data del periodo 978-1016.
http://www.abc.es/cultura/20150727/abci-ultimo-vikingo-espada-magica-201507262132.html
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