En el siglo XIX Lucas Alamán, en un viaje a Europa, descubrió un nuevo método más eficiente, con base en ácido sulfúrico, para separar el oro de la plata y en la Casa del Apartado se construyó una fábrica para tal fin. En 1843 el notable arquitecto Lorenzo de la Hidalga remodeló, entre otras áreas, el patio principal y el inmueble se reabrió como Apartado General de la Nación. Al poco tiempo se trasladó a este sitio la Casa de Moneda, que permaneció aquí hasta 1992, aunque desde los años 70 del siglo XX ya se acuñaba la mayor parte de las monedas en una moderna planta en San Luis Potosí.
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