Las sorpresas que depara el derretimiento de los glaciares alpinos son demasiado numerosas para obviarlas. Se han encontrado fósiles, muertos y hasta un avión: los restos de un bombardero estadounidense de la II Guerra Mundial. Y también joyas. En la década pasada, un alpinista francés encontró en el glaciar Bossons, en el Mont Blanc, una gran bolsa con más de 100 piedras preciosas, entre rubíes, esmeraldas y zafiros, con un valor aproximado de 300.000 euros. La investigación posterior determinó que podían proceder de los restos de dos aviones comerciales -uno de Air India y otro norteamericano- que se estrellaron en la zona en la década de los años 50 y 60.
http://www.elmundo.es/ciencia/2015/10/31/56321fb1e2704ee9068b45a9.html
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