Mi tetradracma de Atenas es una de las monedas a la que más cariño le tengo. Me acuerdo hasta del día que lo adquirí, 28 de Diciembre de 2013. Estuve varios años detrás de él y llegó el día.
La vanidad es incorregible y no tengo más remedio que mostrarlo.
Pujé por él en varias subastas y siempre lo perdía; ahora lo toco y lo miro con frecuencia y cada día me parece más bonito.
Un saludo.