Incontables estanques, pozos y fuentes públicas son testigos de que las monedas no flotan, sino que se hunden hasta el fondo. Esta norma general tiene, sin embargo, algunas excepciones. Todo depende del metal del que esté hecha la moneda y de cómo la echemos al agua.
http://es.gizmodo.com/como-lograr-que-una-moneda-de-metal-flote-sobre-el-agua-1781945732
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