EL DENARIO REPUBLICANO DE EPPIA-CAECILIA
(Referencias: Crawford 461/1. Syd 1051. FCC 216. Calicó 291)
Descripción del anverso.
Cabeza idealizada de la representación de África mirando a la derecha y cubierta con un gorro con forma de elefante. Frente a ella está representada una espiga de trigo y la leyenda “Q.METELL”. Detrás se lee también “SCIPIO.IMP”. Debajo hay un arado.
La representación es una clara referencia a Egipto, considerado el granero de Roma por la fertilidad agrícola de sus tierras (arado y espiga). El cubrecabeza en forma de elefante hace referencia tanto a África, como al animal representativo de la familia Caecilia, a la que pertenece uno de los personajes mencionados en ella. Este personaje es Quinto Caecilio Metello Escipión Pio Nasica, del que hablaremos posteriormente.
Descripción del reverso.
Hércules desnudo de pié y de frente, apoyándose en la maza, que a su vez se apoya sobre unas rocas. La maza está en parte cubierta por una piel de león. A izquierda se sitúa la leyenda “LEG.F.C” y a la derecha “EPPIUS”. La mano derecha de Hércules parece apoyarse en la cadera.
La leyenda de este reverso nos muestra el otro personaje responsable de la acuñación “EPPIO” y sobre el que volveremos más adelante, al igual que sobre la leyenda “LEG.F.C”
Otras consideraciones de interés.
Aún y cuando en la descripción del reverso numerosos numismáticos admiten que la mano derecha de Hércules se sitúa sobre la cadera, no sería de extrañar que en realidad se sitúe tras la espalda, y en ella Hércules esconda las manzanas de oro robadas a las Espérides en uno de sus afamados trabajos. Lo apuntamos porque la imagen está tomada seguramente de la escultura en bronce del S. IV a. C. conocida como el Hércules de Lisipo, hoy desaparecida, pero de la que existe una copia fidedigna en mármol del S. III d. C. conocida como el Hércules Farnesio.
Otros estudiosos han querido ver también representado el valor de la moneda “X” (diez ases) en las rocas sobre las que descansa la maza (observar detalle) pero no es así.
Una cuestión más surge con la leyenda del reverso “LEG.F.C” que de siempre ha sido traducida como “legatus Flandum Curavit” o lo que es lo mismo “Legado responsable o mandatario de la acuñación”. Sin embargo, hay quienes prefieren otra traducción más coherente, como la de “Legatus fisci castrensis” o “legado financiero militar”, basándose en que esta traducción sí responde a una magistratura romana concreta, como la de III Vir, questor, edil,.. o el conocido “S.C” o “Ex S.C” (previa consulta y autorización del Senado) presentes en otras monedas de la república en situaciones similares.
La ceca de la moneda se localiza en África (¿Utica?) como todas las realizadas por Escipión Nasica. Esta asignación se hace en base a la circunstancia de que sus autores se encontraban en las fechas de la acuñación (años 47-46 a. C.) en Mauritania. El motivo de esta estancia y por tanto de la contextualización histórica de la acuñación, no es otra que la segunda Guerra civil de la República romana entre Julio César y Pompeyo.
Antes de continuar diremos también que de esta moneda se conocen unos treinta anversos distintos y treinta y tres reversos, por lo que la facilidad para incluirla en una colección es más bien escasa. Diremos también que existe una variante con la cabeza de África de menor tamaño.
El peso del ejemplar que nosotros mostramos, en estado de conservación MBC, es de 4,00 gramos, con un diámetro medio de entre 1,7 a 1,9 centímetros.
Quintvs Caecilivs Metellvs Pivs Escipión Nasica.
Es el personaje principal de la acuñación, por lo que genealógicamente la moneda la atribuimos a la “gens” Caecilia, aunque haciendo siempre referencia al legado tesorero de la “gens” Eppia que se menciona en la moneda.
Este personaje nació en realidad dentro de la familia Cornelia, al ser hijo de Publio Cornelio Scipio Nasica y de Licinia Crasa Maio, pero por ser nieto de una Caecilia Metella cambió de nombre al ser adoptado por ellos. Concretamente lo hizo Quinto Caecilio Metello Pio, vencedor de Sertorio en el episodio hispano. Casó con Emilia Lépida, y su hija Cornelia Metella lo hizo con el triunviro Pompeyo. De esta forma queda emparentado con las más pudientes e influyentes familias romano republicanas.
Son muchos los datos históricos que se conocen de este político y general, tanto de su vida pública como privada. En cuanto a lo público mencionaremos que fue quien delató ante Cicerón la conspiración de Catilina en el año 63 a. C. Tribuno de la plebe en el 60 y miembro del Colegio de Pontífices. Cónsul en el 52. Procónsul (Gobernador) en Siria en el 49. Combatiente en la batalla de Farsalia contra Julio César y en la de Tapso, donde, tras la derrota y perdonado por la conocida magnanimidad del Julio, decidió huir para continuar la guerra en Hispania. Atrapado de nuevo decidió clavarse un puñal y arrojarse al mar, pues si bien ya había obtenido un perdón, no esperaba un segundo.
En cuanto a su vida privada, César y otros, le aplican toda suerte de negruras y lo describen como licencioso, avaro, saqueador, cruel, desagradecido, despilfarrador y amante del lujo y la pompa… y tal vez César se quedara aún corto, pues ciudad que visitaba ciudad que saqueaba y sometía a tributos antes desconocidos. Sin habilidades especiales ni en la guerra ni en la paz, el único motivo de su encumbramiento fueron las poderosas familias con las que estaba relacionado. A pesar de estar en el bando pompeyano contra el dictatorial César, se decía incluso que ni siquiera amaba la libertad que producía la república y que todo en él era una farsa.
Marcvs Eppivs (M.F.)
Es el segundo personaje de la acuñación, pero sus avatares no son tan conocidos como los de Caecilio Nasica. Se sabe que su familia era de origen patricio de la tribu Terentina y, salvo lo que nos cuenta la moneda, algún lapidario y breves referencias, poco más podemos apuntar. Actuó como lugarteniente en África junto a su patrono, concretamente como Legado de la tesorería. Este monedero tiene también otras acuñaciones en bronce hechas posiblemente en Hispania, que nos proporcionan otras informaciones, pero que obviamos aquí. Políticamente le adscribimos al bando pompeyano y le situamos en momentos históricos junto a sus jefes y protectores: Pompeyo y Caecilio Scipio.
Eppia (La amante de los gladiadores).
Para terminar y ya que no podemos aportar muchos datos sobre la “gens” Eppia, queremos dedicarle un ameno apartado a esta mujer, ninfómana amante de las espadas de hierro de los gladiadores.
Para ello no tenemos más remedio que leer del gran Juvenal (Décimo Junio) y posible liberto hispano, su sátira núm. VI., en la que de forma misógina trata de algunas mujeres romanas.
Juvenal es autor de sentencias tan conocidas como “Panem et circenses” “Mens sana in corpore sano” o “Sed quis cvstodiet ipsos cvstodes”. También de frases como: “ la mujer que dura más de un mes se convierte en plaga” o “se retiró cansada de los hombres pero no saciada”.
En esa sátira Juvenal nos cuenta, entre otras, la historia de Eppia, que de familia patricia, casada con un senador y madre de varios hijos, lo abandonó todo para seguir y gozar de la “inhiesta espada” de un gladiador ambulante llamado Sergiolo, que es descrito físicamente como bastante mayor que ella, de ojos lacrimógenos y nariz deforme por el uso continuado del casco. Junto a él, no le importa soportar las más duras condiciones de un gladiador, y quizá incluso convertirse ella misma en gladiadora.
Lo tenía a mano….Saludos republicanos. Correcamino.