La Historia demuestra que no existe regeneración sin trauma y antes de que todo esto se llamase Europa hubo, casi en el mismo lugar, un Imperio. El romano. Nosotros somos, de algún modo, la consecuencia de su degeneración. No es mal atributo para fundar lo nuevo. Y lo nuevo es un conjunto de países asentados en un territorio convulso que desde la Edad Media fue espigando hasta tomar forma en lo que hoy vemos (y que algo dice que quizá no será igual a como lo conocimos un par de generaciones).
http://www.elmundo.es/cultura/2016/10/19/5806741746163fd92c8b461a.html
UN SALUDO