Ahora los nubarrones se ciernen sobre las tarjetas de crédito, que operan de manera más lenta que un terminal. La banca española no quiere perder comba y ha sacado su propia aplicación, Bizum –disponible en 16 bancos–, para competir con las de las grandes compañías tecnológicas. ING tiene su propia aplicación y no participa en la iniciativa. Sin despreciar el pago con tarjeta, Encarnación Martín, pensionista, prefiere el billete en mano que decenas de fajos virtuales vagando por el ciberespacio: «Soy de las de Woody Allen: toma el dinero y corre».
http://www.elnortedecastilla.es/sociedad/201701/10/muerte-papel-moneda-20170105074705.html
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