No había luz. Las monedas más valiosas, sobre todo las de oro, se seleccionaron bajo los focos de unas linternas. Funcionarios del Gobierno de la República se personaron en el Museo Arqueológico Nacional (MAN) el 4 de noviembre de 1936 para llevarse parte de sus tesoros, pero al conservador del gabinete numismático, Felipe Mateu y Llopis, no le pareció una buena idea, pensaba que allí estarían a buen recaudo. La falta de iluminación le ayudó a usar diversas triquiñuelas para esconder algunas monedas y para hacer que confundieran la plata con el oro.
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/03/17/actualidad/1489787882_667565.html
UN SALUDO