El 24 fue un año fatal para la Hacienda Pública, desde hacia tiempo no llegaban remesas de plata de América, y se reacuñaban piezas anteriores, que lógicamente hacían que no tuvieran beneficios las casas de moneda. Consecuentemente abarataban la producción, restaurando cuños gastados, llamados metafóricamente "fatigados".
Este ejemplar es un claro ejemplo de la penuria de la época, con las rayas típicas de una acuñación descuidada con unos cuños usados de más y retocados.
Para el año, una preciosidad.