Por siglos, los reyes locales mantuvieron el monopolio de la planta, que convirtió a Cirene -hoy la libia Shahhat- en la ciudad más rica de África. Antes de dársela a los romanos, los griegos la pusieron incluso en su dinero. Y Julio César llegó al extremo de guardar 680 kilos de la hierba como un tesoro.
Pero el silfio se esfumó, muy probablemente no solo de la región sino de todo nuestro planeta. Plinio escribió que, durante toda su vida, solo se descubrió un tallo de la famosa planta, el que fue cortado y enviado al emperador Nerón como una curiosidad allá entre los años 64 al 68 de nuestra era.
http://www.periodistadigital.com/ciencia/ser-humano/2017/12/09/el-enigma-de-la-planta-milagrosa-que-seducia-a-griegos-y-romanos-y-desaparecio-sin-dejar-rastro.shtml
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