Tras estudiar griego, latín y matemáticas, el pequeño Abraham Ortelius se estableció en su ciudad natal. Aprendió el oficio de grabador, trabajó en lo que se conocía como iluminador de mapas y en 1554 se dedicó a la venta de mapas, libros, monedas y antigüedades. Fue precisamente el mundo del comercio lo que le permitió realizar viajes extensos por toda Europa y establecer contactos con la comunidad internacional de académicos interesados en la exploración del mundo y la cartografía, especialmente con los ingleses Richard Hakluyt y John Dee.
https://elpais.com/elpais/2018/05/20/ciencia/1526770280_018943.html
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