Así es como habría tenido lugar el descubrimiento de este sarcófago de granito negro datado en torno a 2.000 años de antigüedad. Además, la capa de mortero visible entre la tapa y el cuerpo principal del ataúd indica que no ha sido abierto desde que fue sellado, lo que ha llamado de forma especial la atención de los arqueólogos. En este sentido, el patrimonio artístico egipcio siempre ha sido objeto de codicia por parte de los saqueadores de tumbas que han profanado estos enclaves desde épocas remotas.
http://www.elmundo.es/cultura/2018/07/12/5b4726b9ca474139078b463b.html
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