Una de las estancias más espectaculares es la que fuera la sala de cajas fuertes, una sala blindada donde se ha respetado hasta el mínimo detalle el estilo neogótico y art nouveau de su mobiliario. Salvo que los armarios, también blindados y que antaño contenían las casi 4.000 cajas fuertes que guardaban los tesoros de los clientes más distinguidos —este era el barrio de la alta burguesía del siglo XIX y principios de los XX, desde los Peugeot a los Breguet, los Guerlain o los Michelin— se han convertido en vitrinas que muestran monedas y billetes usados a lo largo de la historia.
https://elpais.com/economia/2019/06/12/actualidad/1560362978_345074.html
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