Un saqueador alemán se le adelantó en 1867. Se llamaba Augusto Berns y creó una falsa empresa minera, la Compañía Anónima Explotadora de las Huacas del Inca. Las piezas de oro y plata que exportaba y vendía a coleccionistas poco escrupulosos no procedían de mina alguna, sino de un yacimiento junto al río Urubamba, que bien podría ser Machu Picchu, aunque su ubicación en el mapa dibujado por el empresario es algo imprecisa. El gobierno peruano, lejos de impedir la expoliación, se habría conformado con recibir un 10% de todas las alhajas descubiertas.
https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-media/20200106/472677080514/machu-picchu-imperio-inca-hiram-bingham.html
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