Ahora, en unos trabajos que se mantienen y que encabeza Fernando Quesada, catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, es ya visible lo que aquel otero ocultaba: un complejo aristocrático, un palacio, de un señor de la guerra íbero, cuyos imponentes vestigios han sido cubiertos hace escasas semanas con una carpa protectora para mantener su integridad y hacerlo visitable en breve. El Museo Íbero de Jaén, y hasta el 15 de abril, le dedica una notable exposición.
https://elpais.com/cultura/2020/01/19/actualidad/1579429309_663871.html
UN SALUDO