Lustig se quedó en Chicago, donde le sorprendió el Crack de 1929 y la Gran Depresión posterior. Quizá por eso tuvo la audacia de intentar estafar nada menos que a Al Capone, aún sabiendo que si la cosa salía mal podía costarle la vida. En realidad fue algo menor porque al famoso gánster no le costó nada: sólo tenía que invertir cincuenta mil dólares para una estafa y el dinero nunca peligró porque Lustig lo guardó en la caja de seguridad de un banco durante un par de meses. Al término de ese tiempo, se presentó ante él explicándole que el plan había salido mal y estaba arruinado, por lo que no podría colaborar con él en el futuro; pero al mismo tiempo le tranquilizó devolviéndole el dinero prestado. Capone, impresionado por la honestidad de alguien que sacrificaba su propia economía para cumplir, le regaló cinco mil dólares. Era exactamente la reacción que Lustig había previsto.
https://www.labrujulaverde.com/2019/11/victor-lustig-el-mayor-estafador-del-siglo-xx-que-vendio-la-torre-eiffel-dos-veces-y-burlo-a-al-capone
UN SALUDO