Desarrollaron una ingeniosa estrategia, en las piedras que marcaban el perímetro de seguridad realizaron agujeros y en ellas depositaron monedas impregnadas en vinagre. La explicación a esta estrambótica práctica se encuentra en que en aquella época se pensaba que el ácido acético era un poderoso desinfectante, de forma que los comerciantes se sintiesen seguros, sin correr el peligro de contagiarse, y que En el momento en que recogiesen las monedas depositasen sobre las piedras productos de primera necesidad que permitiesen a los habitantes de Eyam alimentarse. Así los irreductibles ingleses han logrado sofocar la epidemia e impedir que avanzase de forma inexorable hacia el norte. Este altruismo tuvo un costo muy elevado, se calcula que de los 344 habitantes de la aldea tan Solo sobrevivieron 67. Debido a la genética
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