En el caso de Bath, casi todas las inscripciones siguen la misma fórmula, lo que hace suponer que había un modelo: la propiedad robada se traspasa a la deidad, de modo que ésta pasa a ser la víctima, toda una profanación; le sigue el nombre del sospechoso acompañado -aunque no necesariamente- del invocante; y se pide que el ladrón sea obligado a devolver el botín, dejando en manos del dios (o más bien de la diosa, ya que se trataba de Sulis-Minerva) la decisión final sobre si castigarle o no. Unos ejemplos típicos podrían ser:
https://www.labrujulaverde.com/2020/06/las-tablillas-de-bath-con-las-que-los-romanos-traspasaban-a-la-diosa-sus-objetos-robados-para-que-se-ocupase-de-recuperarlos
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