El paso de los romanos y sus riquezas alimentó mucho la imaginación de los asturianos del siglo XIX. Fue el caso de un ayalguero (buscador de tesoros) que pasó parte de su vida intentando hallar un tesoro escondido en los montes del Principado. Excavó y excavó durante años con esa esperanza, y por fin tuvo una -solo una- recompensa cuando un ganadero amigo suyo del valle del Nalón le obsequió con dos monedas romanas «a las que no había dado importancia por su escasa conservación y por no ser un metal noble». Movidos por el entusiasmo del arqueólogo aficionado, ambos se pusieron manos a la obra y rastrearon la zona donde habían aparecido.
https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2022/07/22/fortuna-romana-perdida-laviana/00031658479664798258394.htm
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