Grados militares, estrellitas, distinciones de mayor o menor importancia: condecoraciones que remiten a glorias pasadas. Junto a los libros que se venden en la Plaza Vieja -y las postales turísticas con el rostro del Che- tenemos el mayor mercado de medallas de todo el país. Si en Alemania oriental cayó el muro y después el comercio de las insignias ganó la calle, aquí éste ha surgido frente a los ojos de quienes prendieron esas calaminas sobre las solapas. Muchos trabajadores de vanguardia, soldados mutilados y federadas combativas que recibieron tales honores prefieren hoy intercambiarlos por pesos convertibles. Mercadean en moneda fuerte el objeto que los distinguía como modelos sociales a imitar.
http://informe21.com/yoani-sanchez/12/01/18/en-venta-las-medallas
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