Otro ejemplo lo tenemos en la fachada de la ermita de la Magdalena de Cuacos de Yuste, donde hay un cochinillo de piedra roto. La culpa la tiene un vecino de Garganta la Olla, que soñó una noche (esto empieza a ser ya a “dejá vu”) que su fortuna está en la Puerta del Sol de Madrid. Sin revelar su secreto a nadie, consigue juntar algo de “pasta” entre sus familiares y amigos, y se planta en el kilómetro cero, de donde no se mueve hasta que un día alguien le pregunta que hace allí plantado. El verato cuenta su historia y el madrileño le aconseja que no haga caso de los sueños porque no tienen ningún sentido, porque
http://blogs.hoy.es/extremadurasecreta/2012/12/12/sonando-con-verracos-y-tesoros/
UN SALUDO