El problema surge de inmediato, cuando en breve espacio de tiempo concluyen en Castilla dos monedas: la vieja, grande y ligada de plata, y la nueva, más pequeña y de puro cobre. Ante esto la Real Hacienda adoptó que la moneda antigua (por su carga en plata) tuviese el doble valor que la nueva siempre y cuando fuese sellada en alguna de las Casas de la Moneda de la Corona –proceso denominado Resello-, o directamente se cambiase por el doble del valor en monedas de las nuevas.
Para el proceso del resello se marcó un plazo de treinta y días. Para favorecer el cambio, la Corona pagaba además un suplemento por las costas derivadas del transporte, que se estableció en 5 maravedís por legua recorrida y arroba transportada.
Así, la Casa de Moneda, a los poseedores del vellón antiguo daba su importe acordado con unas monedas nuevas de menor valor material, mientras se recuperaba una importante cantidad de plata. Se puso de esta manera en marcha el primero de una larga serie de resellos de moneda que tendrán lugar en Castilla a lo largo del siglo XVII.
http://herencia.net/2013-10-15-el-resello-de-moneda/
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