Todo esto es ahora revelado por un libro con profusión de datos contundentes. La publicación a la que me refiero (1) da por sentado que, en efecto, parte de las colecciones y piezas expoliadas en España acabarían en Méjico y serían fundidas y destruidas para siempre sin posibilidad de recuperación. Así acabaron valiosas piezas de las catedrales de Toledo y de Tortosa y la capilla del Palacio Real. Custodias, copones y cálices sagrados, condecoraciones reales, cruces y regalos papales, tesoros y máscaras de antiguas civilizaciones procedentes de Iberoamérica, colecciones numismáticas consideradas únicas como la de monedas góticas, expoliada al completo; piezas todas de un valor incalculable desde el punto de vista del Patrimonio Nacional, fueron cargadas en un barco (2) y trasladadas fuera del país. Incluso elementos litúrgicos con más valor histórico que económico sufrieron la rapiña y destrucción por parte de funcionarios del gobierno.
http://blogs.periodistadigital.com/tresforamontanos.php/2014/04/19/nosotros-tambien-tenemos-nuestro-propio-
UN SALUDO