Las piezas resultaron ser monedas de curso legal de ocho reales acuñadas en México durante el reinado de Fernando VII. Como en una de sus caras se veían dos globos terráqueos entrelazados la gente se refería a ellas popularmente como monedas de ambos mundos, aunque a partir de aquel bendito día de Corpus pasaron a ser conocidas como los duros antiguos. Los cambistas instalados en la playa llegaron a ofrecer por ellas algo más del doble de su valor. Nadie se enriqueció pero hubo gaditanos que pudieron permitirse algunos lujos inesperados.
Como tantas cosas en Cádiz los duros antiguos llegaron del mar, aunque los historiadores tardaron en ponerse de acuerdo, pues al principio unos decían que eran los caudales de un buque francés hundido en Trafalgar mientras que otros se referían a uno de los galeones de la ruta de Indias. Finalmente unos y otros coincidieron en que gracias a un golpe de fortuna los gaditanos habían dado al fin con un tesoro que la ciudad comenzaba a tildar de legendario: el del pirata pontevedrés Benito Soto Aboal.
http://www.diariodecadiz.es/article/provincia/1962811/los/duros/antiguos/otra/historia/mar.html
UN SALUDO