En China un agricultor ha arrojado a la trituradora, junto al maíz y por error, billetes por valor de más de mil euros. El hombre, al darse cuenta del error, sacó los restos y los llevó al banco para intentar cambiarlos. Según la leyes chinas, un billete deteriorado puede ser canjeado por otro nuevo si no esta dañado en más del 50%. Una vez examinados los restos, los técnicos de la entidad no dieron el visto bueno al canje ya que de los billetes solo quedaba un amasijo de papel.